SALUDAN AL RECIPIENTE DEL ALMA



Se marcha la lozanía
cuando todo se oxida,
y desafina el movimiento
al chirrío de los años que,
encanecen y avejentan.

Somos la penitencia del alimento
que degrada el cuerpo,
en las emociones del día
que respiramos. Intoxicados,
morimos sin saber como;
COMO sin saber.

Energía que se desgasta
en aperitivos de acidez abundante,
golpe al hígado abatido
y abandonado.

Caprichosa la gula de vivir
el momento al momento.
El turno pasa, y la salud,
se despide preocupada.

Perdemos la frescura
en la senectud de la salud
de los saludos desatendidos,
en la inopia del frenesí
de la creencia adulterada.

Cuidarse ahora, la fuente
de la condición del envejecer,
que aguarda y alcanza.
¡SALUD!
Saludan al recipiente del - Alma -.




Se marcha la lozanía 
en las emociones del día... como sin saber.

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