CARCELEROS






Un lunar en la piel de la vida
persiguen los guardianes del destino
la huida.

Injurias grita la garganta,
en protesta al engaño
que dio la oportunidad de elegir,
en el cruce de caminos.

Ambas direcciones llevan
al mismo lugar donde me revelé,
al lugar donde me encuentro.

Eternamente sucede lo mismo.
Imperecedera guerra del problema.
Todo se complica cuando camino.

Quema la carne y no duele.
Te rindes en hueso que desespera,
y en alma que encierra las costillas.

Hastiado, me abandono al destino,
me incomodo al camino, y de reojo,
intento engañar a los carceleros
del recorrido.

No me encuentro, no me hallo.
Pruebo, procuro y no lo veo,
no me veo.




La vida quema.

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