DONDE TODOS... SOMOS

© Christian Schloe

He dibujado una nube de vaho
en el cristal de mi ventana, y he escrito
mi nombre... Yo/Tú. En perfecto equilibrio,  
en la belleza de lo sereno, en armonía
con el universo.

Me traslado al lugar del sosiego interno,
donde todo sucede en proporción absoluta,
con total limpieza, transparencia,
dulzura.

¡Flotar es maravillosamente puro!
Un guiño muestra - El Soy -, y regreso
al niño que fui. Algazaras de felicidad
son las notas que tocan los músicos
que me acompañan, ondeadas con celo.

Nada es y todo soy... somos. El tiempo
no dice, no existe. Ahora estoy, ahora es
con el - Todo - y Tú/Yo; en absoluta libertad.
Te siento.

He echado vaho sobre el cristal
que nos separa de - Él/Tú -, y he escrito todos...
somos. Algo hermoso existe y sucede,
emplaza sin dolor, sin miedo a los orígenes
de la - Nada - y el - Todo -, y Tú/Yo.
El reencuentro.

¡Las emociones son emocionantes!
Tan bellas como uno, como todo,
como todos en perfecta fusión con todos,
con todo, conmigo; en mí, en ti.

He dibujado un corazón en la ventana
del amor eterno junto a ti con el - Todo -,
donde todos somos... amor. 

En la belleza de lo sereno

me traslado al lugar del sosiego interno,

y regreso al niño que fui. Donde todos somos... amor.